domingo, 27 de marzo de 2011

CAPÍTULO XXI

Daniel y Vicente me cambiaron de celda.
- Pendejo, te va a tocar mucho tiempo aquí..- Dijo Daniel.
- Pues sí, es así.- Me dijo Vicente.
- Te vas a quedar y te vamos a joder.
- Qué divertido.
- Tus amigos se fueron, al del parche lo vamos a agarrar.
- Dorian colabora con nosotros.
- Nadie te va a sacar. Y fue así. Me tocó pagar, un día de confusión porque me arrestaron injustamente. Pero me dí cuenta de que nadie tiene la culpa de mis errores. Los dos que de verdad lo merecían estaban libres y algunos hasta se encompinchaban con los policías. Todo me pasa por no hacer las cosas bien. Mas aún cuando las injusticias venían, de cada parte. Yo también fui injusto. Al nivel de ellos y ahora cuando reacciono a mi error estoy pagando la condena en la cárcel. Sufriendo con los mas depravados. No sé cuando saldré pero tendré que aguantar bastante aquí adentro. Encerrado por mucho tiempo.

CAPÍTULO XX

Luego Daniel y Vicente se vieron.
- Entonces.- Dijo Vicente.- Ese cuadre con las computadoras, yo tengo una ideita.
- ¿Cuál?
- Jodemos al cabrón de Dorian, le quitamos las computadoras y las vendemos nosotros-
- Lo pensé.
- Claro, al final de cuentas nos ganamos los créditos nosotros, y él se jode.
- No le damos nada a él.
- Exacto. Solo pa ti y pa mí.
Daniel se quedó pensativo.
- Dale.- Siguió Vicente.
- Podemos hacerlo.
- Estamos con él y cuando lo agarremos, le decimos a otros policías. Y listo.
- Vamos pues.

CAPÍTULO XIX

Yo estaba en la cárcel, pasaban los días, y yo preso recibiendo maltratos por delitos que no cometí. Reconozco mis errores pero no es justo que esté aquí.
Todo era por un problema personal con estos dos policías, el juicio no llegaba. Recibía golpes y golpes.
Perdí mi trabajo de jardinero.
Quería salir pero ahora me tocaba aguantar.
No podía salir, estaba en una celda, olía mal, tenía mosquitos, ratones, todas las cosas feas que uno pudiera imaginar.
Solo quería mi libertad.
Veía cada pelea, apuñaleados, muertos, todo esto era lo que veía aquí, pagando por cada delito.
Quería salir ya.
Cuando iba al jardín era por poco tiempo.
Y los que cometieron los delitos estaban libres, Dorian robaba para esos policías.
Era lo que me tocaba.
Cometí ese error de robar. Pero ¿Por qué los que hacen cosas peores están libres?

CAPÍTULO XVIII

Vicente estaba sentado en un bar, hoy no era su día de trabajo, por lo tanto estaba tomando uns cervezas.
Luego sonó el teléfono.
- Daniel. ¿Qué me cuentas? – Dijo.
- Pana, te tengo un cuadre perfecto, tengo al gancho, ¿Quieres comprar computadoras? Te cuadro el negocio.
- ¿Dónde las sacamos?
- Tengo el gancho. ¿Sabes este tal Dorian? Es quien nos la va a cuadrar.
- No confío en ese bicho, es medio volteado, si se cae nos hechará la paja a nosotros.
- Lo matamos, ese bicho es manipulable.
- Si tú lo dices.
- Sí vale, él sabe que con nosotros no se puede poner con vainas.
Llega una mujer.
- Su cerveza.- Dijo.
- Gracias.- Le toca el trasero y la mujer se va corriendo.
Vicente se quedó pensativo.
- Mira bicho, vamos a reunirnos.- Dijo Vicente.
Colgaron, Daniel estaba pensativo, llegó a mi celda y me mojó..
Luego se fue, habló con los otros policías.

CAPÍTULO XVIII

Victor y Dorian corrían, se escondieron
- Magnífico lo que hicimos.- Dijo Víctor.
- Repartámosnos el botín.
- Al menos le quité real a esos ricos cabrones, que mueran todos, me las pagarán todos los cabrones de mierda, así como salí jodido, los demás también.
- Mierda, están cerca, ayúdame Víctor.
- Tranquilo men, quédese aquí.
- Verga, si nos matan.
- No nos agarrarán.

CAPÍTULO XVI

Estaban Daniel y Vicente en la calle hubo un tiroteo. Los llamaron pero no respondían.
- Coño, ese tiroteo. – Dijo Daniel.
- Es grande y nos llaman.
- No quiero ir.
- Yo tampoco, prefiero estar aquí.
- Vamos mas tarde..
- ¿Si nos regañan?
- Yo sé que hacer mi pana.
- Vamos a ver el juego.
Se quedaron, los llamaron, media hora después llegaron.
- Mierda, los tipos piraron.
- Ya tenemos al hombre.

CAPÍTULO XV

Victor estaba fuera de un banco, cuando alguien salió. Se le acercó.
- Señora, deme la cartera y no voltee.- Dijo.
.- Señor tranquilo, se la doy.- Dijo.
- Cállese pendeja o le disparo, no ve que la estoy apuntando.
- Tranquilo.
- Cállese puta.
- Está bien.
- No me haga dispararle.
- No me insulte.
- Deme el reloj.
- Es sentimen..
- Que me lo de pendeja.
- Tenga.- Se lo dio.
- Está bien bueno ese reloj.
- Me lo...
- Perra de mierda, me está haciendo arrechar.
- Tranquilo.
- Cállese.
Disparó y salió corriendo, varios policías salieron a perseguirle.