Yo era un hombre llamado Raul, estaba en mi casa por la zona de Sabana Grande, llegaba de noche puesto que trabajaba en una casa de jardinero . Era por la Lagunita y por razones del destino tuve que salir tarde. Cuando me llega un hombre con un policía. Me sacó una chapa.
- Estás arrestado, móntate.
- Pero ya va, ¿Por qué?
- Tú eres el que robas. O es que te vas a hacer el loco.
- Oiga no entiendo.
- Que tienes una denuncia chico, móntate.
Me quedé callado.
- Mira, no tengo tiempo, o te montas o te montamos.- Me dijo. Vi que en su chapa decía Daniel
- Mire señor.
- Cállate.- Dijo el otro policía.- Móntate te dije ya o Vicente móntalo tú.
Ya me estaba enfureciendo.
- Imbécil, no me hagas perder mi tiempo, las descripciones coinciden contigo.
- Oiga, yo trabajo, estoy llegando, no sé absolutamente nada.
- Haz lo que se te dice.- Dijo Vicente.
Me ponía mucho mas furioso.
Me llevaron en el carro, los hombres me hablaban fríamente, me limité a callarme, en la jefatura me permitieron llamar al patrón, pero el patrón me dio la espalda, pensó que de verdad yo andaba robando, estaba mal, me estaban inculpando de un crimen que no había cometido, el asunto era grave.
Pasaban los días, estaba preso en el CICPC, llevando golpes, supuestamente las descripciones del hombre coincidían conmigo, era raro el asunto. La zona era peligrosa últimamente, hasta a mí me daba pavor caminar por allí.
Estaba en una situación grave. No se me permitió recibir visitas, los policías se reían, tenía que esperar a ser enjuiciado. No sabía nada, según la descripción el ladrón era un hombre con barba que pasaba muy a menudo por allí. No tenía a nadie y ya había perdido mi trabajo, mi fuente de vida, realmente estaba solo en esto. No tenía apoyo de nadie. Tenía que ingeniármelas.
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