domingo, 27 de marzo de 2011

CAPÍTULO XVIII

Vicente estaba sentado en un bar, hoy no era su día de trabajo, por lo tanto estaba tomando uns cervezas.
Luego sonó el teléfono.
- Daniel. ¿Qué me cuentas? – Dijo.
- Pana, te tengo un cuadre perfecto, tengo al gancho, ¿Quieres comprar computadoras? Te cuadro el negocio.
- ¿Dónde las sacamos?
- Tengo el gancho. ¿Sabes este tal Dorian? Es quien nos la va a cuadrar.
- No confío en ese bicho, es medio volteado, si se cae nos hechará la paja a nosotros.
- Lo matamos, ese bicho es manipulable.
- Si tú lo dices.
- Sí vale, él sabe que con nosotros no se puede poner con vainas.
Llega una mujer.
- Su cerveza.- Dijo.
- Gracias.- Le toca el trasero y la mujer se va corriendo.
Vicente se quedó pensativo.
- Mira bicho, vamos a reunirnos.- Dijo Vicente.
Colgaron, Daniel estaba pensativo, llegó a mi celda y me mojó..
Luego se fue, habló con los otros policías.

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