Daniel y Vicente me montaron en el carro golpeándome. A veces se paraban para pedirle documentos a las personas, registrarlas. Buscaba excusas para sacarle dinero a la gente.
- A ti no te salva ni el Diablo.- Me dijo Vicente.
- Ya vas a ver lo que te espera.- Dijo Daniel.
- ¿Qué te parece?
- Cabrón pajúo.
- Si, es lo que eres.
- Te odio.
- Yo mas.
- Imbécil.
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